Escuela austriaca

[4]​[5]​[6]​ Se ha caracterizado por su fuerte crítica hacia las teorías económicas neoclásicas, marxistas, keynesianas y monetaristas.[7]​[8]​ La escuela austriaca se originó en la Viena de finales del siglo XIX y principios del XX, con el trabajo de Carl Menger, Eugen Böhm von Bawerk, Friedrich von Wieser y otros.[12]​[13]​ La escuela austriaca deriva su nombre de la identidad de sus fundadores y primeros partidarios, quienes eran ciudadanos del Imperio austrohúngaro, incluyendo Carl Menger, Eugen von Böhm-Bawerk, Ludwig von Mises y Friedrich Hayek.Mientras los economistas clásicos franceses como Jean-Baptiste Say y Frédéric Bastiat —quienes en todo lo demás seguían en términos generales a la economía clásica británica— rechazaron este punto y argumentaron que el valor es subjetivo.La escuela debe su nombre a los miembros de la Escuela historicista alemana, quienes criticaron a los austriacos durante la Methodenstreit (debate metodológico), en el cual los austriacos defendieron la confianza que tienen los economistas clásicos en la lógica deductiva.Estos tres economistas se convirtieron en la denominada «primera ola» de la escuela austriaca.Un campo de austriacos, ejemplificado por Mises, considera que la metodología neoclásica es irremediablemente defectuosa; el otro campo, ejemplificado por Friedrich Hayek, acepta una gran parte de la metodología neoclásica y acepta más la intervención del Estado en la economía.Según Block, si bien Hayek puede considerarse un economista austriaco, sus puntos de vista sobre la teoría política chocan con la teoría política libertaria que Block ve como parte integrante de la escuela austriaca.[49]​ En 1987, el Premio Nobel James M. Buchanan le dijo a un entrevistador: «No tengo objeciones porque me llamen austriaco.Escribió que las conclusiones no se podían inferir de la observación empírica o del análisis estadístico y argumentó en contra del uso de probabilidades en los modelos económicos para construir y probar teorías.[64]​ Los austriacos praxeólogos o misesianos argumentan que, más bien, se debe aislar el proceso lógico de la acción humana.[61]​ De acuerdo con los austriacos misesianos, la deducción es preferible a la inducción en la interpretación de la evolución económica, ya que si se realiza correctamente, conduce a ciertas conclusiones e inferencias que deben ser verdaderas si las suposiciones subyacentes son exactas.Por ello, afirman que los métodos estadísticos empíricos, los experimentos naturales y los experimentos construidos no tienen forma de verificar la «causa y efecto» en los eventos económicos del mundo real, ya que los datos económicos pueden ser correlacionados a múltiples cadenas potenciales de causalidad.[80]​ La teoría austriaca de capital e interés fue desarrollada por primera vez por Eugen Böhm von Bawerk.Dicha contradicción fue reconocida por Marx en el tercer volumen de su compleja obra El capital, respondiendo en consecuencia que si bien dicha aparente contradicción se registra en casos puntuales, en la economía general luego se superan manteniendo vigente su sistema,[82]​ lo que lo llevó a introducir una modificación notable en este:[83]​ la ley del valor (que afirma 'las mercancías se intercambian por su valor') ya no ha de cumplirse en cada caso individual, sino a escala general considerando el sistema económico en su conjunto.La obra ha hecho famoso a Böhm-Bawerk, y mostrado los rasgos deliberadamente críticos de la escuela austriaca.En la definición de Mises, la inflación es un aumento en la oferta de dinero:[84]​ Hayek señaló que la estimulación inflacionaria explota la demora entre un aumento en la oferta monetaria y el consiguiente aumento en los precios de los bienes y servicios: El problema del cálculo económico se refiere a una crítica del socialismo que Max Weber declaró por primera vez en 1920.[89]​ Esto lo llevó a escribir «que la actividad económica racional es imposible en una comunidad socialista».[90]​ En su conocido libro El socialismo donde expone su argumento contra las teorías comunistas al tiempo que justifica la propiedad privada en términos económicos, demostrando que solo esta posibilita la libre formación de precios en un mercado, y esto otorga a quienes intervienen en él información sobre la escasez y utilidad de un bien económico.Los economistas austriacos afirman además que este cambio es insostenible y debe revertirse en el momento oportuno.Según Ludwig von Mises, los bancos centrales permiten a los bancos comerciales financiar préstamos a tasas de interés artificialmente bajas, lo que produce una expansión insostenible del crédito bancario e impide cualquier contracción posterior.Antes de la década de 1970, Hayek no favorecía el laissez-faire en la banca y dijo que una industria bancaria libremente competitiva tiende a ser desestabilizadora endógena y procíclica, imitando los efectos que Rothbard atribuyó a la política del banco central.Los economistas austriacos enfatizan la «empresarialidad» o «función empresarial», ya sea para perturbar la configuración actual y moverla hacia un nuevo estado de equilibrio, en el caso de Schumpeter o para detectar y corregir desequilibrios, como plantea Kirzner.Este es un enfoque desarrollado por los economistas de la escuela austriaca que pone el énfasis en el mercado como un proceso, en contraposición a las teorías del equilibrio neoclásico que lo describen como un determinado estado o configuración de precios, cantidades y calidades determinadas.Corresponde a Carl Menger la demostración de que el dinero es una institución surgida evolutivamente, sin ninguna planificación.Los economistas ortodoxos, en general, sostienen que las conclusiones alcanzadas por pura deducción lógica son limitadas y débiles.Los austríacos rechazan las conclusiones basadas en la utilidad cardinal y critican a la economía ortodoxa por aceptar la cardinalidad, a pesar de que los economistas neoclásicos suelen indicar que su trabajo solo es válido para las preferencias ordinales.Economistas tales como Gordon Tullock,[111]​ Bryan Caplan,[112]​ Milton Friedman,[113]​[114]​ y Paul Krugman[115]​ han declarado que consideran incorrecta la teoría.[117]​ En 2001, el economista austríaco James P. Keeler dijo que la teoría es consistente con la evidencia empírica.[118]​ En 2006, el economista austríaco Robert Mulligan también declaró que la teoría es consistente con la evidencia empírica.