Así, según el diseño, varían elementos como el uso de la corona mural ceñida en el león, o en general su simple desaparición.
En 1938, en plena Guerra civil española, el bando franquista adoptó unas nuevas armerías a instancias de los ideólogos falangistas e inspiradas en la heráldica propia de los Reyes Católicos, siendo desde 1939 las oficiales del Estado, poniendo fin al uso del escudo republicano.
Su diseño fue difundido en diferentes versiones simplificadas en las que se mantenía el cuartelado de 1868.
La Constitución de 1978 no contempla mención al Escudo Nacional y su primer ejemplar, conservado en el Parlamento, está decorado con la heráldica creada durante la dictadura militar.
Es la Ley de 1981 por la que se adopta el Escudo Nacional de España, que mantiene el cuartelado ya adoptado en 1868.