Una escala de sitio puede ser rígida o flexible.
Una escalera demasiado horizontal, sometida a cargas importantes, podía romperse más fácilmente.
Las escaleras flexibles se debían enganchar en la parte superior del muro, con un gancho o algo similar.
Las escaleras de asedio fueron usadas desde épocas muy antiguas hasta la actualidad.
Una pequeña muestra aleatoria, ordenada cronológicamente, permite documentar el tema.