Realizó la mayor parte de su carrera artística en Sudamérica —particularmente en Argentina, Chile y Ecuador—, continente donde su nombre de pila, como era costumbre en ese entonces, fue castellanizado, por lo que se le conocía como Ernesto Charton.
[1] Se estableció al principio en Valparaíso, pero en 1848 se mudó a Santiago, donde abrió un estudio vecino al de Raymond Monvoisin, otro francés pionero de la pintura chilena y perteneciente también a los artistas viajeros, como lo fue asimismo en esa época el acuarelista Carlos Wood.
Lo que pasó durante su permanencia en esa isla lo narró en el libro Robo de un navío en el océano Pacífico.
[4] Charton, que en 1862 volvería a Ecuador, logró establecerse en Quito con ayuda del cónsul francés.
Fotógrafo, utilizó instantáneas como base para sus cuadros, retratando vestimentas típicas, costumbres y fiestas que luego traladaba a la tela.