La ermita fue construida a las afueras de la ciudad bajo la advocación del Apóstol Santiago, en torno al siglo XV.
La reapertura del edificio, recuperando su uso religioso, tiene lugar en 1995, tras las obras de restauración dirigidas por Alfonso Martínez Chacón.
Responde a la tipología barroca popular de finales del siglo XVIII.
Es una talla realizada por Antonio León Ortega en 1944 y remodelada por Luis Álvarez Duarte.
En la hornacina superior de su altar hay una pequeña imagen ecuestre del apóstol Santiago, realizada por David Valenciano en 1997.