Su consecución depende de complejas interacciones psicológicas, neurales, vasculares y endocrinas.
La albugínea ayuda a atrapar la sangre en los cuerpos cavernosos y con ello sostiene la erección.
Una fuerte curvatura peneana, conocida como enfermedad de Peyronie, puede remediarse usualmente con cirugía.
Si ocurriera una erección, el tejido textil ajustado y elástico impide el aumento de la presión sanguínea interna, constriñendo su agrandamiento y alargamiento; así se previene que la erección se haga visible, sin causar daño al pene restringido.
Durante la excitación sexual, el área alrededor del punto G se hincha, haciéndolo más prominente y fácil de estimular.
Muchos sexólogos aconsejan a las mujeres incapaces de lograr un orgasmo el considerar la estimulación del punto G como técnica sexual.