Su denominación más habitual es «católicas» en el sentido de «generales» o «universales» ya que, en su mayor parte, su público objetivo parece que son los cristianos en general, más que personas individuales o congregaciones como es el caso de las epístolas paulinas.
Tradicionalmente, las epístolas de Pedro se atribuyen al apóstol Pedro y las epístolas de Juan, se atribuyen al apóstol Juan.
[2] Ha habido cierta especulación en cuanto a la autoría de estas obras.
Muchos estudiosos creen que 2 Pedro es una obra pseudoepigráfica.
[3] En orden de aparición en el Nuevo Testamento, las epístolas católicas son: