Enrique de Lancaster

Tras el regreso de la reina Isabel y su amante Roger Mortimer al país (septiembre de 1326), toma partido a favor de ellos y contra el rey Eduardo II, al cual, una vez preso, custodió en el castillo de Kenilworth.

En recompensa a sus servicios, fue designado guardián del nuevo rey Eduardo III y capitán general de las fuerzas inglesas para la campaña contra Escocia.

Alrededor del año 1330, Enrique queda completamente ciego.

Allí fundó un hospital para pobres y enfermos en una ampliación del castillo de bailey.

El rey y la reina asistieron a su funeral.