Los tres hermanos se naturalizaron españoles y en 1805 pasaron al Virreinato del Perú.
Su madre falleció en 1810, pero Enrique no pudo heredar ya que la Real Audiencia de Lima le negó tal derecho, por ser extranjero.
El general revolucionario Manuel Belgrano estableció su cuartel en Vilcapugio y envió emisarios a distintos lugares del Alto y el Bajo Perú, para que atrajeran adeptos a la causa patriota.
Burlando la vigilancia, Enrique Paillardelle se trasladó a Puno, donde se encontró con su hermano, quien le puso al tanto del plan revolucionario, que consistía en el estallido conjunto de movimientos en Arequipa, Moquegua, Tacna y Tarapacá (Bajo Perú), en la retaguardia del Ejército del Perú, para favorecer el avance de las tropas de Belgrano por el Alto Perú.
[6] Días después, Enrique, al mando de un pequeño ejército, que enarbolaba la bandera azul y blanca de Buenos Aires, se dirigió hacia Moquegua, pero les salieron al encuentro fuerzas virreinales enviadas desde Arequipa y reforzadas con milicias locales.
[7] Los rebeldes capitaneados por Enrique Paillardell, José Gómez y Pedro Julio Rospigliosi sumaban 500 hombres a caballo.
Enfrente estaban las tropas del coronel José García de Santiago, superior en número.
En cuanto el coronel José de San Martín se hizo cargo del Ejército del Norte, le hizo llegar esa idea, que fue apoyada entusiastamente por su amigo Tomás Guido.
Se incorporó a la campaña que llevaba Carlos María de Alvear en la Banda Oriental, culminando exitosamente el largo sitio que le había impuesto el ejército de José Rondeau.
Este quedó muy impresionado y lo ascendió a coronel, además de iniciarlo en la Logia Lautaro.
El jefe del campamento de Olivos entregó sus fuerzas a Viamonte y fue arrestado.