Enrique Marroquín

Fue en esa época cuando se comenzó a involucrar en la contracultura, atendiendo personalmente al estreno mundial de la famosa “Misa Beat”, impulsada por el papa Pablo VI, que compusiera el grupo I Barrittas.Poco después organizó concursos de rock y debates serios sobre The Beatles, Bob Dylan, los poetas malditos, los beatniks, etc. Su tesis fue una comparativa entre los trascendentalitas y las obras de Heidegger.En la Ciudad de México hizo contacto con personajes del movimiento avant-garde como Juan José Gurrola, José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis y Alejandro Jodorowsky atendiendo a sus famosos “happenings”.Hizo una sinergia fuerte con personalidades de La Onda como José Agustín, Parménides García, Juan Tovar, Mayita Campos y Carlos Baca, atendió al festival de Avándaro y al alba del “Avandarazo” publicó en Piedra Rodante un memorable testimonio llamado Dios quiere que llueva para unirnos.Marroquín nombró a los hippies mexicanos como jipitecas (o xipitecas) para diferenciarlos de los hippies estadounidenses ya que en su punto de vista, el jipiteca tenía un acercamiento más fuerte con los indígenas.