En la colonia penitenciaria

En la colonia penitenciaria (In der Strafkolonie) es un cuento escrito por Franz Kafka en octubre de 1914 durante unas vacaciones en las cuales quería trabajar en la novela El Proceso.

[5]​ Debido a varios retrasos provocados por el escepticismo de Kurt Wolff, su editor, no se publicó como cuento separado hasta 1919.

[7]​ Un explorador muy respetado visita una isla remota, que es una colonia penal de un país poderoso no especificado.

Esta súbitamente se pone en marcha, pero funciona de manera completamente diferente a la prevista.

Su rostro muerto no muestra signos de salvación, como había descrito con entusiasmo anteriormente, sino que simplemente mira al explorador "con calma y confianza".

Comparado con el oficial, es taciturno y reticente: la injusticia es indignante, pero no quiere anunciar su rechazo en voz alta, solo comunicárselo en privado al nuevo comandante.

Llama la atención la frecuencia con la que entabla contacto físico con el viajero de una forma poco militar.

El viajero, sin embargo, rechaza la esperada aprobación de forma lacónica, aún cuando muestra cierta simpatía: "Tu honesta convicción me conmueve, aunque no puedas convencerme".

Este último no apoya la antigua práctica jurídica, pero tampoco se opone a ella de manera decisiva.

Un oscuro secreto yace sobre su obra y su muerte, ya que el clérigo no permitió su entierro en suelo consagrado.

Dado que su lápida habla de resurrección, aparentemente se le atribuye un significado religioso.

El oficial es juez y, como operador del aparato, ejecutor al mismo tiempo.

No hay defensa, ya que la culpa está "siempre fuera de toda duda".

Dice Foucault; "“el suplicio es una técnica y no debe asimilarse a lo extremado de un furor sin ley....

Otro enfoque supone que el texto debe entenderse como una parábola, y la máquina sería un símbolo del destino humano.

Por lo tanto, la persona no conoce el juicio antes de la "ejecución" y tampoco puede defenderse.

El lector se ve confrontado con personajes que a veces parecen grotescos o trágicos, sin poder identificarse con ninguno de ellos.

Los personajes de la historia demuestran cómo un escenario terrorífico puede desarrollarse ante sus ojos sin que nadie se resista.

Uno es el frío tecnócrata que reconoce las atrocidades del sistema pero, como persona intelectual vacilante, no las impide.

La atracción que emana del aparato parece mágica e insuperable; este es el mensaje vergonzoso y molesto de la historia.

Por otra parte, como escribó en detalle en cartas a Felice Bauer, trató de ser aceptado en el ejército para poder participar en la guerra.

En vez de completar El Proceso, del cual había ya escrito doscientas páginas, crea en una pausa ésta narración magistral.

[20]​ Desde el punto de vista de la corporeidad es, sin embargo, comparable a la metamorfosis, donde Gregor Samsa sufre una herida dolorosa y finalmente fatal, ocasionada por la manzana que su padre le arroja y se le clava en el caparazón.

[21]​ El cuento fue escrito durante la Primera Guerra Mundial, pero también recuerda las escenas de tortura medieval.

En este sentido, su sufrimiento, con ecos de martirio cristiano, podría interpretarse como una pasión autoelegida.

[30]​ La persona del anciano comandante difunto, cuya resurrección esperan sus seguidores, adquiere un carácter religioso.

Dos o tres páginas cerca del final son un desastre, su presencia indica un defecto más profundo, hay algo que no funciona..."[32]​] Kafka tras la lectura en Munich: "No debí haber leído mi cuento sucio".

[34]​ Höfle presenta la variedad de interpretaciones a lo largo de las últimas décadas y, como posible enfoque interpretativo, propone que el lector mismo se vea como viajero y que el mundo del antiguo comandante resucite con cada lectura.

[42]​ En la portada del álbum de Mothers of Invention We're Only in It for the Money (1967), Frank Zappa recomienda leer el cuento antes de escuchar The Chrome Plated Megaphone of Destiny.

Ian Curtis, de la banda Joy Division se inspiró en el libro para escribir la canción Colony del álbum Closer.