Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Argentina)

La Unión Telefónica del Río de la Plata (UT), con 6000 abonados iniciales en 1886, prestó servicios telefónicos en Argentina bajo administración inglesa durante 43 años, hasta 1929, cuando pasó a manos estadounidenses al ser adquirida por la International Telephone and Telegraph company (ITT).

La primera central automática Strowger se instaló en la ciudad de Córdoba en 1914, con un equipo para 2000 líneas.

La compra de la UT fue visto como un acto revolucionario y la operación fue aprobada por el Congreso con una sólida mayoría.

La necesidad de expandir sus áreas de influencia, obligaron al Ejecutivo Nacional a la sanción del Decreto 11.323/61, que aprobó convenios entre ENTel y, por una parte, Compañía International Telephone and Telegraph Corporation, y por otra, Siemens und Halske A.G.

Durante la década peronista y en pocos años, Argentina se consolidó como un líder absoluto en América Latina en prestación del servicio telefónico.

En todas las ciudades del país se construyeron edificios que reunían las exigencias para prestar el servicio, y se levantaron centrales monumentales en Mar del Plata, Córdoba y La Plata.

[10]​ Para expandir la telefonía hacia todo el país y reforzar las líneas entonces existentes, se erigió gran cantidad de circuitos interurbanos alámbricos y de elevada frecuencia.

En esos años las modernas centrales telefónicas levantadas en la Capital Federal y en las principales ciudades del interior aumentaron de 724 a 814, respectivamente.

[11]​ En 1953 comenzaron a instalarse teléfonos públicos en las principales ciudades del país, y al cabo de un año había 6400 teléfonos públicos instalados en el Gran Buenos Aires, que brindaban a ENTel un ingreso diario de 700 000 pesos.

Ese año se inició en la Argentina el servicio de teléfono medido, el primero en Latinoamérica, y en 1970, el telediscado con el interior.

Hacia 1983, el plantel de empleados creció a 47.200 agentes efectivos y 780 contratados.

[3]​ En 1987, durante el gobierno del radical Raúl Alfonsín y con el objeto de modernizar las comunicaciones, se lanzó el plan Megatel, que pretendía crear un millón de líneas telefónicas nuevas.

Estas tareas eran propias del Ministerio de Obras y Servicios Públicos.

El primer satélite argentino, diseñado especialmente para las telecomunicaciones fue puesto en órbita en 1990, llamado Lusat 1.

El Estado argentino asumió esa deuda a través del ente ENTel Residual[23]​ y se hizo cargo de todos los juicios por malas prestaciones iniciados a las empresas privadas.

[22]​ ENTel fue cotizada en US$ 1 900 000 cuando, según estimaciones, su valor real triplicaba esa suma.

[27]​ habiendo sido anteriormente condenada por enriquecimiento ilícito y obligada a devolver el dinero.

[28]​[29]​[30]​ En 2015, Alsogaray fue nuevamente condenada por otro juicio por «defraudación en perjuicio de una administración pública».

[24]​ Durante el gobierno radical, del ministro de Obras Públicas, Rodolfo Terragno intervino la empresa para privatizarla.

[21]​ Ese mismo año terminaría el juicio contra la responsable de la privatización.

[34]​ [22]​la empresa será transferida al sector privado sin ningún pasivo, haciéndose cargo el Estado del total de las deudas.

[36]​ Si bien la prédica privatista esgrimía romper el monopolio estatal de ENTel, las empresas adjudicatarias monopolizaron el servicio al país en dos regiones, Norte y Sur.

Sede de la Unión Telefónica en Buenos Aires en Defensa 143.
Edificio República sobre la Avenida Corrientes. Fue diseñado en 1951 y su construcción se prolongó entre 1955 y 1964. Hoy pertenece a Telefónica de Argentina S. A.
Teléfono de ENTel modelo Siemens Masterset.
Teléfono a disco de ENTel marca Standard Electric.
Teléfono público de ENTel
Durante la década de 1990 el presidente Carlos Menem (centro) el proceso de privatización fue dirigido por el entonces ministro de Obras y Servicios Públicos, José Roberto Dromi y conducido por María Julia Alsogaray (derecha).
Líneas telefónicas fijas cada 100 habitantes desde 1975 a 1999. . [ 33 ]