La elección tuvo trascendencia histórica a nivel provincial y nacional debido a que fue la única elección realizada ese año en la que no triunfó el naciente peronismo, sentando un importante precedente en la política de la provincia.
Hubo dos reuniones fallidas, durante las cuales no se llegó a un acuerdo por la intransigencia del radicalismo.
Por su parte, las dos fórmulas peronistas buscaron rápidamente una vía para reunir aliados de cara a la inminente sesión del Colegio Electoral.
Asistieron casi todos los electos, excepto Martín Correa, radical renovador, que había renunciado para asumir como diputado provincial.
Sin embargo, nuevamente no hubo consenso para elegir una fórmula y se declaró un cuarto intermedio hasta el 10 de mayo, al día siguiente.
Basándose en el apartado constitucional que exigía que el Colegio Electoral solo podía reunirse una vez, la conjunción peronista declaró la caducidad del Colegio Electoral vigente y exigió nuevas elecciones, no asistiendo a ninguna de las siguientes reuniones.
Durante casi una semana continuaron las reuniones, pero al finalizar ninguna de las fórmulas lograba la mayoría.
El Ministerio respondió con un comunicado declarando que, aunque reconocía las falencias del sistema electoral correntino, la elección se había realizado siguiendo las directrices constitucionales de la provincia y su resultado, por lo tanto, sería respetado tal y como el régimen militar había prometido.
Entre los presentes estaban Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Raúl Uranga y Julio Busaniche.
[8] Sin embargo, tres días más tarde, cuando entregaron sus diplomas ante la cámara alta, estos fueron impugnados por el aplastante quórum peronista, siendo los dos únicos senadores opositores, y no fueron aceptados durante todo el año siguiente.