Elecciones parlamentarias de Portugal de 1976

Se trató de los primeros comicios regulares bajo la constitución sancionada el mismo año por la Asamblea Constituyente electa el año anterior, así como las segundas elecciones libres tras la Revolución de los Claveles que derrocó al régimen del Estado Novo.

El centrista Partido Popular Democrático (PPD), de Francisco Sá Carneiro, logró el segundo puesto nuevamente con un 24,35% y 73 escaños, lo que sin embargo representó una caída similar a la sufrida por el PS.

Pese a verse desplazado al cuarto lugar, el Partido Comunista Portugués (PCP) también evidenció un crecimiento importante de votos y obtuvo 40 escaños, 10 más que en la Asamblea Constituyente.

El partido socialista Unión Democrática Popular (UDP) obtuvo también más del doble de votos que en 1975, pero solo logró retener su único escaño en Lisboa.

El Partido Comunista Portugués, hasta entonces una de las principales fuerzas opositoras al régimen conservador derrocado, obtuvo un resultado decepcionante para sus expectativas, pero aun así fue la tercera fuerza nacional, mientras que el Centro Democrático y Social, único partido abiertamente derechista fuerte en el país, logró el cuarto lugar.

[4]​ Este período de tensión dio paso al «Caluroso Verano», a medida que se acrecentaban los enfrentamientos entre los grupos de izquierda y derecha, muchos sectores llegaron a temer que se desatara una guerra civil en toda regla.

[13]​ En enero de 1976, se redactaron los decretos-leyes que rigieron las primeras elecciones parlamentarias regulares bajo la nueva constitución.

[1]​ En principio, estos no difirieron demasiado de los que habían reglamentado las elecciones constituyentes del año anterior.

[14]​ Al tener Portugal un sistema semipresidencialista, la Asamblea tiene a su cargo la aprobación o remoción del primer ministro designado por el presidente de la República directamente electo.

[15]​ Los principales cambios de la legislación electoral refirieron, más que nada a la «capacidad electiva».

Al mismo tiempo, se organizó un nuevo registro de votantes para tener en cuenta los cambios en el carácter cualitativo y cuantitativo en el «universo electoral» desde las anteriores elecciones.

Los principales partidos en pugna serían, por segunda vez consecutiva, el PS, el PPD, el PCP y el CDS.

Otra fuerza destacada sería la Unión Democrática Popular (UDP), que había logrado un escaño en Lisboa en las elecciones constituyentes.

El PPD apostó a un incremento del sector privado en cuestiones económicas, también buscando revertir las «injusticias» de la reforma agraria en curso.

Los comunistas se posicionaron como el principal partido defensor de la reforma agraria y las nacionalizaciones, comprometiéndose a «avanzar hasta el final» con las expropiaciones.

[16]​ Reforzado por el pánico anticomunista posterior al intento de golpe de Estado, el CDS-PP apuntó contra los comunistas, los socialistas y los socialdemócratas por todo lo que, a su juicio, había salido mal en los dos años posteriores al derrocamiento de la dictadura, viéndose libre para atacar a los otros tres principales partidos por no haber tenido implicancia en el gobierno tanto previo a la Revolución como en el posterior.

En su manifiesto, los centristas afirmaron ser el único partido con una verdadera perspectiva de futuro, evitando una «continuación del presente» o una «vuelta al pasado».

[16]​ Estos se manifestaron más que nada como robos, persecuciones, boicots y peleas entre partidarios de fuerzas políticas, así como algunos atentados con bomba.

En términos territoriales, respecto a las elecciones de 1975, consiguió sumar un triunfo en Braga ante el PPD pero perdió Évora y Setúbal ante el PCP.

El partido consolidó su dominio en las áreas urbanas repitiendo sin demasiados cambios sus triunfos holgados en Lisboa y Oporto, pero cedía espacio ante los comunistas en la región del Alentejo.

Sin embargo, su crecimiento en votos absolutos fue en realidad bastante magro (menos de 80.000 votos) y se vio desplazado al cuarto puesto debido al crecimiento del CDS-PP, lo que reflejó el repunte conservador que caracterizó la elección.

Soares, líder del PS, negoció entonces un acuerdo de gobernabilidad con el CDS-PP que le permitiría encabezar un débil gobierno en minoría.

El propio Soares admitiría, más adelante, que dicho acuerdo había implicado «colocar al socialismo en un cajón».

Mário Soares, líder del Partido Socialista.
Partido más votado por concelho .