Elección presidencial de Chile de 1925

Ante esto, Alessandri se movió para que todos los ministros de su gabinete presentaran su renuncia, pero Ibáñez se resistió al encontrar que esta era una maniobra política para alejarlo del poder.

Quezada depuso su candidatura el 3 de octubre y fue elegido, en consenso, Emiliano Figueroa Larraín.

Los candidatos hicieron una rápida gira por el sur del país, una visita a Valparaíso y una concentración en Santiago.

Emiliano Figueroa obtuvo un claro triunfo, pero, para sorpresa de muchos, José Santos Salas consiguió una gran cantidad de votos, especialmente en las zonas del norte.

[16]​ Otro factor que disminuyó los fraudes electorales y el cohecho fueron las reformas electorales puestas en vigencia en la Constitución de 1925, como la creación del Tribunal Calificador de Elecciones,[17]​ organismo que realizó el escrutinio definitivo y proclamó el 11 de diciembre de 1925 a Emiliano Figueroa como candidato vencedor, siendo a la vez proclamado por el Congreso Pleno el 13 del mismo mes.