El porteñito

Se trata, por lo demás, del mismo personaje que protagoniza muchísimas letras de Villoldo”.[3]​ Dice Héctor Ángel Benedetti que la letra “es un ejemplo perfecto del estilo empleado en ese tiempo para las letras de tango…Respondiendo a la moda, El porteñitofue escrito en primera persona como pretexto para la autobiografía, el alarde y la pendencia” [4]​ y Del Priore y Amuchástegui comentan que el personaje “concentra los atributos característicos del compadrito, tipo social marginal, común en las orillas de la ciudad a principios de siglo.Fue grabada por los Gobbi, quienes intercalaron al texto de Villoldo parlamentos en lo que la criolla se burla del aspirante a compadrito llamándolo “Criollo del Vesubio, puro macarrone con formago” en tanto este proclama “aunque soy gringo, soy un creollo (sic) macanudo de corazón”.[2]​ Las dos letras escritas por Carlos Pesce y Antonio Polito que se conocieron en la década de 1940 mantienen una narración en primera persona pero incorporan un sesgo evocativo.La otra se refiere a la nostalgia de un compadrito recordando sus hazañas en el baile, las pendencias y el amor.