El fantasma de la ópera (película de 1943)

La fotografía corrió a cargo de Hal Mohr y W. Howard Greene.

En un intento desesperado por ganar dinero, Claudin envía un concierto de piano, que ha escrito, para su publicación.

Cuando pasa el tiempo y no obtiene ninguna respuesta, Claudin se presenta en la casa de los editores, Pleyel & Desjardins, para averiguar lo que ocurre.

Empieza a oírse una música que viene de la habitación contigua, Claudin se asombra y reconoce su concierto.

Entonces Biancarolli ofrece olvidar todo el asunto si la actuación de Christine no aparece en la prensa.

Se aceptan estas condiciones a regañadientes con gran consternación de Christine y Garron.

Al cabo del tiempo, los propietarios de la Ópera reciben una nota solicitando que Christine sustituya a Biancarolli.

Para atrapar a Claudin, Dubert, que se da cuenta de quién es el fantasma, está planeando no dejar cantar a Christine durante la representación de la ópera rusa (ficticia) Le prince masqué du Caucase (“El príncipe enmascarado del Cáucaso”) para sacar a Claudin a la luz, mientras que Garron planea que el propio Liszt toque el concierto después de la representación.

Mientras Claudin está distraído con la música, Christine se acerca sigilosamente, le arranca la máscara y ve su cara desfigurada por el ácido.

El productor, George Waggner, despidió a Koster y lo remplazó con Arthur Lubin.

[1]​ Cesar Romero, Boris Karloff, Feodor Chaliapin, Charles Laughton y Broderick Crawford fueron considerados como posibles fantasma en algún momento de la producción, antes de que le ofreciera el papel a Rains.

Susanna Foster y Nelson Eddy
en un fotograma del reclamo de la película.