J. Edward Bromberg

De hecho, sus estudios primarios los realizó en la Escuela Pública del Distrito 10, ubicada en el Bronx.

Fue entonces cuando comenzó a compaginar los estudios con el trabajo, situación que duraría cuatro o cinco años, si bien esa actividad laboral nada tuvo que ver con el oficio de actor.

[3]​ Con el dinero ahorrado en estos oficios, en el verano de 1923 Bromberg se matriculó en un curso impartido por Gustav Blum, actor recientemente jubilado, después dedicado a la producción y dirección escénica.

Un año después, en 1924, tras la gira del Teatro del Arte de Moscú, su director Leo Bulgakov y su esposa Barbara Bulgakova, piden y les es concedido el asilo político a las autoridades estadounidenses.

Fue entonces cuando Bulgakov montó una academia de arte escénico para sobrevivir durante los primeros años.

Cuando Bulgakov se decidió a producir de manera independiente su primera obra, en 1926, se acordó de Bromberg y le propuso acudir al casting que iba a realizar en esos días.

Bromberg agradeció ese pequeño homenaje, pero alegó que él solo era presidente de sí mismo.

Ya solo volvería a los platós californianos cuando su agente le ofreciera proyectos artísticos de su interés o por motivos económicos irrechazables.

Otros diputados del comité recordaron a Bromberg que en 1950 fue apercibido en tres ocasiones: la primera por trabajar en el Michigan Theatre de la ciudad de Ann Arbor (Míchigan) cuando estaba siendo encausado de «comunista», la segunda por no acudir a varias citaciones, a lo cual Bromberg replicó que había entregado un certificado médico que indicaba que padecía una enfermedad cardíaca reumatoide; y la tercera como consecuencia de las dos anteriores, por trabajar de nuevo en el mismo teatro mientras estaba encausado y además no podía hacerlo por enfermedad, a lo que Bromberg replicó que los patrocinadores de Ann Arbor habían sido muy valientes por contratarle pese a todo.

Su último trabajo en Broadway, No apto para menores, un alegato semimusical en clave de comedia ácida en torno a la gente del teatro era en realidad una alegoría contra la hipocresía estadounidense y en donde el personaje del "Profesor Ambrose Atwater" bien podría ser la quintaesencia de John S. Wood, el inquisidor de Bromberg.

Producido por cinco dramaturgos independientes y críticos que habían fundado la compañía teatral The Playwriters, la obra duró literalmente cuatro días y siete representaciones (del 13 al 17 de febrero de 1951), pese a que su autor, Elmer Rice había cosechado con anterioridad importantes éxitos.

[2]​ Debutó en 1926 en el Provincetown Playhouse con La princesa Turandot, producida por Carlo Gozzi, su autor, en una versión de Harry G. Alsberg e Isaac Don Levine.

Con tan solo tres años de experiencia profesional, este comienzo en la meca del teatro estadounidense fue todo un reto personal al tener que compaginar dos personajes, "Tartaglia" e "Ismael", bajo la dirección escénica de Leo Bulgakov.

Esta compañía decana que fue fundada a mediados del siglo XIX por emigrantes franceses y que tenía sala propia en la Sexta Avenida de Nueva York (demolida en 1938), estaba especializada en poner en escena y dar a conocer obras de autores europeos o de autores renovadores estadounidenses.

Con esta compañía Bromberg estrenaría en 16 ocasiones obras tanto de autores clásicos (Molière, Chéjov, Shakespeare...) como coetáneos del siglo XX.

Pero lo que más llama la atención es su participación en obras de autores españoles, concretamente del modernista Gregorio Martínez Sierra y de los casticistas Hermanos Álvarez Quintero, a quienes llegó a representar en tres ocasiones diferentes.

Este tipo de teatro estuvo bien considerado por la crítica, pero habitualmente no por el gran público.

Si bien Bromberg no estrenó tantas obras en Nueva York como en su anterior etapa, sus giras por el resto del país fueron más abundantes.

Y posteriormente, cuando concluyó su contrato con la Twentieth Century Fox, su trabajo para el teatro estuvo frecuentemente alejado de Nueva York.

Sin embargo, como a todo actor de aquella época, incluso el más aclamado, el hecho de tener un contrato de larga duración, no le permitía elegir y se veía sometido bien a las necesidades empresariales del estudio bien a las veleidades del productor, no pudiendo escoger el proyecto más conveniente para su carrera casi nunca.

La cesión era para intervenir en la película Three sons (Tres hijos), film no comercializado en ningún país iberoamericano.

Estas producciones permitieron a Bromberg volver a trabajar con Joan Crawford y tener la oportunidad de hacerlo con pesos pesados de la gran pantalla como John Wayne, Van Hefflin y Lionel Barrymore.

Estos tres filmes de la Metro coincidieron en pertenecer al género dramático.

En 1946 Bromberg rodó a las órdenes de Lothar Mendes un único film para esta productora.

The walls came tumbling down es una intriga coprotagonizada por Lee Bowman, un actor bien cotizado entre las productoras independientes, y por grandes actores secundarios como Marguerite Chapman, Edgar Buchanan, George McCready y Moroni Olsen.

Bromberg debe a esta productora el hecho de haber encabezado por primera vez un drama: The devil pays off.