El amor del capitán Brando es una película estrenada en Madrid, donde se mantuvo al menos en cartel durante cuarenta y cuatro semanas[3][4][5] el 15 de noviembre de 1974, dirigida por Jaime de Armiñán, con guion de Juan Tébar (Madrid, 1941)[6] y el propio director, conforme a los planteamientos de la denominada «tercera vía» del cine español,[7][8] «donde los fantasmas de la Guerra Civil y el exilio se alían a un cierto destape, la iniciación sexual, los amores de un adolescente y una maestra o el conflicto generacional»,[9][10] más recordada hoy «porque Ana Belén mostraba sus pechos[11][12][13] y Ferrandis profería el primer taco del cine español que por sus virtudes cinematográficas, no excesivas».
[14] Gran parte de la misma fue filmada en los últimos meses de 1973 (en pleno rodaje, se produjo el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco)[5] en exteriores de Segovia y Pedraza de la Sierra,[15] donde Armiñán poseía una casa[16] y fue interpretada en sus papeles principales por Fernando Fernán Gómez (Fernando), Ana Belén (Aurora), «a la que elevó a la categoría de un símbolo de la Transición»[5] y el niño Jaime Gamboa (Juan).
[17] Según otras fuentes, esta cifra ascendería a 2 089 475.
[18] Respecto a los galardones recibidos, cabe destacar que, a principios de julio de 1974, es decir, más de cuatro meses antes de su estreno oficial en el país, representó a España en el Festival Internacional de Cine de Berlín,[19][20] en el que obtuvo el Premio Favorit des Publikams, otorgado por el periódico alemán Berliner Morgenpost: Por su parte, otros conocidos diarios del país como Der Tagesspiegel o Die Welt coinciden en resaltar el notable grado de «liberalismo» alcanzado por la sociedad española, patente en la cinta: Aurora (Ana Belén) es una joven y atractiva maestra de escuela recién llegada al pequeño pueblo castellano de Trescabañas (en la realidad, «una Pedraza que aparece en ocasiones con calidades de óleo»),[22] cuyos modernos métodos didácticos son vistos por las «fuerzas vivas» de la localidad, capitaneadas por su alcalde (Antonio Ferrandis), como una peligrosa fuente de corrupción para sus discípulos.
Entre los protagonistas, se establece un «ménage à trois que no llega a ser tal».