Las efrinas (EFN) son conocidas como: «proteínas que interactúan con la familia de receptores Eph».
Las efrinas-A se anclan a la membrana celular por una unión superficial; las efrinas-B tienen una región transmembrana.
[2] por la línea celular de carcinoma humano en la que se detectó su ADNc.
La identificación de las proteínas (ligandos) que se unían a esos receptores, fue difícil por sus características bioquímicas, porque no eran funcionales en forma soluble, y porque perdían su actividad cuando se separaban de la membrana celular.
La identificación de los ligandos llegó más tarde, y son conocidos actualmente por efrinas (en inglés ephrins Eph receptor interacting proteins).
La señalización de efrina/rEph regula diversos procesos biológicos durante el desarrollo embrionario.
La clase B (efrinasB) tienen una región transmembrana y un dominio citoplasmático corto de 80 aa, el cual incluye un motivo C-terminal de unión a PDZ (del inglés, Postsynaptic density protein/Zonula occludens).
[14] La característica señalización bidireccional se induce a través de interacciones Eph-efrina en células que expresan receptor y ligando.
Las moléculas EFNs están involucradas en la regulación inmunológica, el desarrollo y la función del tracto intestinal, la angiogénesis, la formación ósea, la secreción de insulina por las células β de los islotes, la filtración glomerular renal y la homeostasis iónica del líquido endolinfático vestibular en el oído interno.
Estos roles no están limitados a procesos fisiológicos, su importancia se evidencia en una variedad de patologías humanas, en particular en el cáncer.