Los axones siguen caminos muy precisos en el sistema nervioso, y como se las arreglan para encontrar su camino con tanta precisión es un área de investigación en curso.
[2] “Si uno admite que los neuroblastos están dotados de propiedades quimiotácticas, también podría imaginarse que son capaces de movimientos ameboides, iniciados por factores secretados por elementos epiteliales, neurales o mesodérmicos.
Como resultado, sus procesos pueden estar orientados en la dirección de los gradientes químicos, y así ser guiados hacia las células secretoras” Ramon y Cajal, 1892.
Los axones en crecimiento tienen una estructura altamente móvil en la punta de crecimiento llamada cono de crecimiento, que "olfatea" las actividades en el medio ambiente extracelular en busca de señales que le indiquen al axón en qué dirección crecer.
[5] Se han identificado cinco familias de proteínas de guía: Netrinas con sus receptores, Neogenina y UNC-5; proteínas Slit, que se unen a sus receptores Robo; Semaforinas, que activan los receptores de Neuropilina y Plexina; Efrinas y sus receptores Efs (Ephs); y la familia de moléculas de orientación repulsiva (RGM) que se unen a Neogenina.