De esta unión nacieron cuatro hijos: En 1327, tras la ejecución de Juan FitzAlan, conde de Arundel, y durante los tres siguientes años, fue el poseedor de los castillos y estados de dicho condado, pero nunca fue investido formalmente con el título condal.
Los descendientes de su hija Juana, los Holland, terminarán heredando dichos estados.
Leal a su hermano, el rey Eduardo II, tras la deposición de este en 1327, fue acusado de alta traición por la reina Isabel y Roger Mortimer, su amante, bajo el cargo de haber intentado liberar al antiguo rey de su prisión.
Su trágico final fue totalmente desaprobado, a tal extremo que, según la leyenda, "el conde tuvo que esperar 5 horas por su verdugo, pues nadie se atrevía a hacer dicha labor".
La ejecución del conde fue el detonante para que el rey Eduardo III cogiera las riendas del reino, apartando a su madre Isabel del poder, encerrándola en el castillo de Hereford, y ordenando la ejecución de Roger Mortimer.