Alcanzaron una mayor importancia durante la Guerra de las Dos Rosas.
Se mantuvo leal a Ricardo III en su ascenso al poder tomando parte de la coronación en 1483.
Se endeudó rápidamente, probablemente por causa del juego, y se vio obligado a vender la mayor parte de sus propiedades.
Fue sucedido por su hermanastro Enrique, hijo del II conde y Catherine Herbert.
Enrique intentó, con poco éxito, recuperar las propiedades que su hermanastro Enrique vendió, y tuvo que vivir como un modesto caballero sin llegar a usar nunca el título de conde.