Los escribas, amanuenses y copistas en general cometían errores o alteraciones al transcribir caligráficamente los manuscritos.
La crítica textual ha de afrontar los problemas relativos a Autoría, Datación o fechación y Edición propiamente dicha.
El neolachmannismo, sin embargo, resurgió con fuerza como un mal menor (Sebastiano Timpanaro, Cesare Segre).
El conjunto de textos que transmite una obra determinada se denomina en crítica textual tradición.
A estas tradiciones puede añadirse modernamente una más, la transmisión electrónica, que genera una tipología de errores mecanizados también distinta.
A partir del siglo XVIII en la mayor parte de los países se empiezan a regular los derechos de autor, por lo cual no se publica nada sin autorización del autor y es importante en el caso de los impresos: el texto impreso a veces es superior al manuscrito porque el manuscrito ha sido corregido o la edición es revisada por el autor, o la edición se basa en un buen manuscrito no conocido.
La crítica textual, cómo advertir los errores de copia, enmendarlos y editar un texto con fidelidad al original perdido o arquetipo.
El eclecticismo permite hacer inferencias para que sean elaboradas hacia el texto original, basadas en la evidencia del contraste entre los testimonios.