Es la enfermedad parasitaria más importante en los países de clima templado y en algunos casos el resultado puede ser mortal.Los huevos eclosionan en el interior del tubo digestivo, más específicamente en el duodeno,[2] del huésped intermediario y liberan las oncosferas que traspasan la barrera intestinal y se difunden a través de la corriente sanguínea hasta que se alojan en el hígado, el aparato respiratorio/pulmones, los riñones, huesos y encéfalo del animal afectado, formando la forma larvaria o quistes en los que se multiplican miles de parásitos.La hidatidosis encefálica se descarta en la actualidad con técnicas no invasivas ni agresivas como la resonancia magnética y la tomografía axial computarizada, dado que en su localización cerebral provoca convulsiones, alteraciones en los estados de conciencia y personalidad, dependiendo de la región afectada.En cualquier caso, en estados poco avanzados de la enfermedad también puede recurrirse a medicamentos específicos para desparasitar al paciente.Cuando la enfermedad está avanzada hay que recurrir a una combinación de operaciones quirúrgicas y tratamiento médico.La técnica radical (quistoperiquistectomía total) es preferible dado el menor riesgo postoperatorio de infecciones abdominales, fístulas biliares y morbilidad global[5].
Tomografía computarizada (A) y resonancia magnética (B) del hígado de un varón de 72 años oriundo de Guayana Francesa con equinococosis poliquística interesando el lado izquierdo del hígado. Las flechas blancas indican la lesión hepática multiquística.
Hervir hígados de oveja con quistes hidatídicos durante 30 minutos mata las larvas del cestodo: un método sencillo de prevención en zonas remotas.