Los miembros de la familia Estúñiga, durante los siguientes siglos no lograrían una relevancia excesiva hasta la llegada al trono de la dinastía de los Trastámara, gracias a las concesiones que Enrique II hizo a la nobleza para lograr su apoyo.
Con la adquisición de dicha villa lograron dominar un importante paso estratégico que usarían en lo sucesivo para ampliar su poder.
En 1429 la familia Zúñiga pasa a formar parte la Alta nobleza cuando Juan II nombró a Pedro de Zúñiga, conde de Ledesma, siendo también justicia mayor del reino.
Para compensarle Juan II le convirtió en 1442 en señor de Plasencia.
Posteriormente el linaje continuó creciendo gracias de nuevo a su política matrimonial.
En el contrato matrimonial se decidió que el primer apellido debía ser el de Zúñiga.