En junio de 1832, Ugartechea encabezaba a 125 hombres en el fuerte de Velasco, cuando intentó emplear su artillería para impedir que los colonos texanos rebeldes al mando de John Austin llevaran sus cañones desde Brazoria a Anáhuac, población en la que en esos momentos había disturbios en contra del gobierno mexicano.
Aunque después de luchar durante once horas Ugartechea fue derrotado por los texanos, le permitieron evacuar el fuerte.
Aunque en sus listas aparecían 200 hombres, sólo la mitad estaba en servicio activo.
También informó que los texanos no respetaban al gobierno de México ni a sus líderes.
A mediados de mayo de 1835 Ugartechea trabajó con las autoridades políticas para evitar un conflicto armado con los milicianos al mando del criollo texano Juan N. Seguín, quienes partieron del pueblo de Béjar hacia Monclova, Coahuila, para auxiliar al gobernador federal Agustín Viesca.
De esta manera, Ugartechea reflejó las actitudes ambivalentes, que iban de la tolerancia al endurecimiento, que a la larga contribuyeron a la independencia texana.
Durante el sitio de Béjar, Stephen F. Austin condujo a las fuerzas texanas desde las afueras de la urbe, mientras que Ugartechea al principio permaneció con las fuerzas mexicanas en la ciudad.