Domingo López Torres
Desarrolló tempranamente una formación autodidacta, así como un convencido compromiso marxista, evidente en publicaciones como La Tarde.[1] A excepción de algunas breves estancias en otras islas del archipiélago como La Gomera o Gran Canaria, toda su vida transcurrirá en su isla natal.El registro de su obra literaria se remonta al n.º 28 de 1926 del semanario ilustrado Hespérides, con la aparición del poema Tus ojos glaucos; en el equipo editorial de la revista encuentra a diversas figuras consagradas del ámbito literario insular como Luis Rodríguez Figueroa, Rafael Peña León, Ildefonso Maffiotte, Benito Pérez Armas, Isaac Viera y Viera, Manuel Verdugo Bartlett y Domingo Cabrera Cruz, además de algunos jóvenes creadores de su generación como Eduardo Westerdahl, Pedro García Cabrera, Domingo Pérez Minik, Emeterio Gutiérrez Albelo, Francisco Borges o Juan Ismael.[4] En 1931 Domingo López Torres se incorpora junto a Eduardo Westerdahl, Domingo Pérez Minik, Pedro García Cabrera, Óscar Pestana y Francisco Aguilar a la Sección de Literatura del Círculo de Bellas Artes.[19] Durante el transcurso del evento, que expondrá al público obras variadas de Picasso, Joan Miró, Salvador Dalí, Max Ernst, Alberto Giacometti, René Magritte, Hans Arp, Man Ray, Yves Tanguy, Victor Brauner, Dora Maar, Marcel Jean, Hans Bellmer o Marcel Duchamp, es redactado un Manifiesto Surrealista, que firman Breton, Péret, Agustín Espinosa, García Cabrera, Eduardo Westerdahl, Domingo Pérez Minik y el propio López Torres.Una Entrevista de Índice a André Breton se dispondría por entonces para la segunda tirada de esta publicación; el texto resultará sin embargo incluido en el libro del escritor francés Position politique du surréalisme.