Este término proviene del concepto de genismo, el cual define que las características y capacidades humanas están determinadas por genes.
[2] Dicha ley prohíbe a los empleadores usar la información genética para tomar decisiones acerca de contrataciones, despidos, inserciones laborales, o ascensos.
[7] Algunas personas poseen genes que los vuelven más susceptibles a desarrollar alguna enfermedad como resultado de determinada exposición laboral.
[9] Sin embargo, investigaciones indican que los trabajadores o solicitantes no aprovecharían los exámenes genéticos por motivos de posible discriminación.
Esto le dio un giro irónico al concepto darwiniano de selección sexual por buenos genes.