En 1938 se afilió al PCE después de que un obús matara a su hermana.
[1] Tras acabar la guerra, Federico Bascuñana contactó con ella, como también había contactado con su amiga Pilar Bueno Ibáñez,a través de su mujer y le pidió trabajar en la clandestinidad como enlace para llevar y traer mensajes entre dirigentes.
[5] En una de sus cartas dirigida a su familia, indica sus señas, estaba en la primera galería derecha, celda 18.
Según relató María Manzanero, hermana de Dionisia, cuando llegaron a la cárcel el día 5 a recoger firmas solicitando el aplazamiento de la sentencia, les dijeron que ya las habían fusilado.
Tras recibir la noticia, se trasladaron al cementerio donde ella pudo ver el cadáver de su hermana.