Diego de Rojas

Años más tarde, en 1522, se trasladó a México donde estuvo bajo las órdenes de Hernán Cortés.

Es por esto que en 1543, el gobernador del Perú Cristóbal Vaca de Castro, dio permiso al capitán Diego de Rojas para organizar una expedición a esas tierras junto a Felipe Gutiérrez y Toledo y Nicolás de Heredia.

[3]​ Esta exploración fue el primer contacto entre los nativos de lo que ahora es el Noroeste argentino y los europeos.

Cuando la expedición llegó a Chicoana, un tambo situado en el camino del inca en los Valles Calchaquíes, Rojas vio gallinas de Castilla y recibió noticias de los aborígenes que más al sur había un gran poblado, con una zona muy rica en metales de oro y plata.

Los españoles habían matado más de 200 indígenas y herido a otros tantos.

En ese momento el sacerdote de la expedición, fray Francisco Galán, en prudente y conciliatoria actitud, se adelantó junto con su traductor a efectos de entablar un diálogo y reclamar la paz.

El diálogo de esa reunión entre el cacique Canamico y el capitán Diego de Rojas, logrado gracias a la gestión del padre Galán, permitió en ese momento sortear esa situación, y poder seguir el avance de la expedición hacia el sur, rumbo a Maquijata, hoy Villa La Punta.

Fue allí donde se produjo un enfrentamiento en el que Rojas fue herido en una pierna con una flecha envenenada.

Rojas fue el primer español en arribar a lo que hoy es la provincia de Santiago del Estero.

Esta expedición sirvió para descubrir las naciones indígenas que poblaban el territorio: los calchaquíes, los diaguitas, los tonocotés, los lules y los comechingones.

Ingreso de Diego de Rojas al Noroeste Argentino .
Encuentro de Diego de Rojas y el cacique Canamico.