Se considera una villa turística, donde sus principales atractivos son caminatas por las quebradas cercanas, el templo católico, las competencias nacionales de enduro y el Cerro de la Cruz.
[1] Yacimientos arqueológicos demuestran que las tierras estuvieron pobladas desde tiempo prehispánicos, seguramente sustentadas en las vertientes de agua que se encuentran en las laderas de los cerros.
[2] La localidad tuvo su "época de oro" turística entre fines del siglo XIX y principios del XX ya que era elegida por parte de la aristocracia local para sus días de vacaciones y esparcimiento.
Llegó a tener una importante actividad cultural y en la década de 1940 ya se proyectaban películas en un cine local.
[3] Cuenta con 819 habitantes (Indec, 2010), lo que representa un incremento del 3,54% frente a los 791 habitantes (Indec, 2001) del censo anterior.