Diccionario de autoridades

Se construye esta obra pensando que una lengua necesita contar con una norma culta sustentada en el uso de los mejores escritores.

En el prólogo se establecen los criterios lexicográficos y ortográficos que seguirá la RAE, así como su lema: Limpia, fija y da esplendor, que hace referencia a una de las mayores preocupaciones de los primeros académicos, la pureza del castellano: se veía como una lengua que ya había alcanzado su perfección con los escritores del Siglo de Oro y que podía corromperse por el paso del tiempo, por los neologismos y por el mal uso de la lengua por parte de ciertos hablantes, entre otros los afrancesados, pues se miraba con recelo el préstamo abusivo del francés.

Es evidente en la inclusión en el diccionario del arte de la gramática, que está orientada a la enseñanza, y el libro Ideas gramaticales en el Diccionario de autoridades describe también a la gramática como: Como la meta del diccionario era incluir el mayor número de palabras posibles, ponía muchas palabras que no eran de uso común y aparecen anotadas como términos gramaticales o científicos, etc. Cada artículo sigue la misma fórmula, y tiene la misma información gramatical: A veces falta uno o dos de esos criterios, como la caracterización de la palabra o la autoridad más frecuentemente.

Como la gramática se consideraba “arte” durante este tiempo, las definiciones de las palabras generalmente son minuciosas y muy metódicas y también reflejan bien el estado de la lengua en el momento particular.

El criterio ortográfico que va a imponer la Academia en un principio será el etimológico, es decir, tiene en cuenta la lengua de origen de la palabra castellana (generalmente, el latín) para fijar su escritura, así se restituyen, por ejemplo, los grupos cultos latinos como –ct– y desde entonces escribimos «doctor» y no «dotor», como era lo habitual en el Renacimiento, y también muchas palabras griegas también mantienen ‘th’, ‘ch’ y ‘ph’ del sistema griego, como se ve en la palabra ‘orthographia’.

Uno de los elementos más problemáticos era que la gramática del diccionario fue excesivamente basada en el latín.

Primer tomo (1726) del Diccionario de autoridades .