La locución demencia senil se usaba antiguamente para nombrar a una patología actualmente conocida como trastorno neurocognitivo mayor.
Según Gonzalo Piédrola Gil: La demencia senil incluye el deterioro de funciones cognitivas.
La capacidad para almacenar nueva información se reduce en los pacientes que sufren de demencia senil (amnesia anterógrada) y, al mismo tiempo, puede haber pérdida de los recuerdos que previamente se habían formado (amnesia retrógrada).
Otra función cognitiva que afecta al paciente con demencia senil es la dificultad para producir y comprender el lenguaje.
En ciertos casos, se puede llegar a perder el contenido semántico al momento de hablar.
También pueden verse perturbadas por la enfermedad otras funciones cognitivas como la habilidad para abstraer, organizar, anticipar, iniciar y controlar conductas complejas.
[cita requerida] El cuidador es aquella persona que atiende a un paciente en su vida diaria.
Además, los horarios estructurados con los hábitos diarios del paciente y la constante explicación de los mismos permiten que la persona no se desoriente y pueda llegar a adquirir la sensación de seguridad.
[10] En el caso del paciente con demencia, la pérdida progresiva de la memoria ocasiona que se vuelva más ansioso y suspicaz con respecto a su dinero, acusando en ocasiones a los cuidadores de robarle cuando no puede recordar dónde lo dejó.
Por lo tanto, se recomienda a los cuidadores otorgarle al paciente una pequeña cantidad de dinero de la que pueda disponer, dejar notas visibles que le indiquen quién es ahora el encargado de la administración del hogar, así como tener paciencia y mantener la calma ante cualquier acusación, comprendiendo la naturaleza del mismo.
[11] En las etapas tempranas de la enfermedad las personas suelen mantener su actividad laboral y vida independiente, así como su capacidad para conducir.
En este sentido, es recomendable que los cuidadores acompañen al paciente durante sus recorridos y observen objetivamente sus conductas durante la conducción, enfocando su atención en las habilidades mencionadas que se pueden ir deteriorando en el desarrollo de la demencia.
Asimismo, es importante llamar a la persona siempre por su nombre y recordarle con quién está hablando, es decir, la relación o parentesco que existe con el paciente.
Siempre haciendo contacto visual con el paciente y así, de nuevo, centrando la atención.
A nivel auditivo, el cuidador puede leer ciertos párrafos sobre los que se le harán preguntas en cuanto a determinados detalles escuchados, trabajando paralelamente la memoria de corto plazo y la memoria de largo plazo.
Además, dicha tendencia se ve afectada por factores como la edad y el sexo.
Además del estrés, parte de los problemas a tratar son la sobrecarga emocional, y la dificultad para relacionarse/comunicarse con el paciente.
Se debe tomar en cuenta que dichas complicaciones varían según el caso del cuidador.
Otra variable es la situación económica del cuidador, en el caso de que este sea el pariente del enfermo, debido a que en estas situaciones es más probable la aparición de estrés y ansiedad.