En cuanto a la dragona, a todo el que se la encontraba, se lo llevaba su día fatal, hasta que le lanzó un poderoso dardo el soberano certero, Apolo.
Ella, abrumada por terribles dolores, yacía jadeando intensamente y rodando por el suelo.
[2] Apolodoro sitúa a Delfine como la compañera de Tifón y la hace partícipe en la Tifonomaquia.
«Zeus fulminó a Tifón desde lejos y cuando lo tuvo cerca lo derribó con una hoz de acero; al huir éste lo persiguió hasta el monte Casio, que se eleva sobre Siria, y allí viéndolo herido se enzarzó con él.
Éste recobró su fuerza, e inmediatamente, transportado desde el cielo en un carro de caballos alados, persiguió con sus rayos a Tifón hasta el monte llamado Nisa, donde las Moiras engañaron al fugitivo, que, persuadido de que así se fortalecería, comió los frutos efímeros».