[1][2] En escritos anteriores, Tomás de Aquino había propuesto un sistema monárquico mixto en el que el rey sería ayudado por una clase aristocrática electa por la población.
En De regno, sin embargo, plantea una postura relativamente absolutista y apoya el fortalecimiento del poder real.
Los desacuerdos naturales provocados por los diferentes impulsos de la naturaleza deberían ser conciliados por un rey legítimo que ordene al país a la virtud y la prosperidad buscando la paz social.
Rechazando la posibilidad de una revolución armada, el autor defiende el establecimiento de mecanismos políticos mediante los cuales el pueblo pueda utilizar su "autoridad pública" para deponer a un rey que no ha "cumplido sus deberes".
[1] Los límites propuestos, sin embargo, nunca llegan a expresarse por la naturaleza inacabada del opúsculo.