Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de las Nieves
La bajada vuelve a tener lugar en 1646 por la erupción del Volcán Martín y en 1659 ante una plaga de langostas.El prelado, viendo el fervor popular, resolvió que el devoto acto se repitiese cada cinco años, a partir de 1680.Desde entonces, y solo en tres ocasiones excepcionales, este número se representa exclusivamente dentro de las Fiestas Lustrales.[6] En 1925 se estrenará la polca compuesta por Domingo Santos Rodríguez, música que acompaña la danza hasta nuestros días.[7] En 1945 se celebró la primera edición del Minué, más tarde denominado Festival del siglo XVIII, que sustituyó a la «Danza de Niños» que se representó hasta ese año.La letra y música originales, obra de Luis Cobiella Cuevas, siguen usándose en la actualidad.[11] Entre esas dos semanas se desarrollan la mayoría de los actos del programa.Tras esta, tiene lugar la Semana Grande donde se ubican los actos más importantes como la Danza de Los Enanos y que finaliza con la entrada triunfal de la imagen en la ciudad.Varias de estas figuras han adquirido tal popularidad que poseen nombre propio: el más singular es Biscuit, un personaje grotesco que encabeza el desfile portando bastón de mando y un peculiar gorro napoleónico.Tras recorrer la ciudad, las pandorgas son quemadas en una gran hoguera en el barranco de las Nieves.Inspirado en los temas y motivos estéticos del Rococó, el Festival del siglo XVIII busca establecer un diálogo desde la modernidad con los gustos setecentistas en una fusión en la que interactúan coreografía, melodía, poesía, indumentaria y artes escénicas.El número es muy sencillo: en la primera parte del acto, los danzantes representan cada lustro un personaje (monjes, marinos, peregrinos, astrónomos, etc.), mientras cantan y se mueven torpemente, variando la letra y la música en cada edición; luego, en unos segundos, tiene lugar la “transformación” en la que hombres de estatura normal aparecen convertidos en saltarines enanos al pasar por la caseta, e inician un baile rápido al ritmo de la banda de música.Este género, prohibido a finales del siglo XVIII, se ha conservado en La Palma ligado a la Bajada de la Virgen, con la originalidad añadida de que en cada época los autores locales han ido estrenando nuevos textos, por lo que no es una pieza dramática fosilizada, aunque parte de un género ya desaparecido.Generalmente la Parroquia de la Encarnación permanece abierta toda esa noche.
La Luna de Valencia, Biscuit, El Médico y el Liliputiense, mascarones de la Bajada de la Virgen. Foto: PMBV
La Pandorga, 2015. Foto: PMBV
Danza de Acróbatas 2015. Foto: PMBV
El Festival del siglo
XVIII
o Minué, en la edición de 2005
Danza de Enanos 2015
Carro Alegórico "La Otra Virgen" de Luis Cobiella Cuevas. 2015. Foto: PMBV