El origen de estas tradiciones se encuentra en las situaciones de extrema necesidad a las que era expuesto el pueblo canario en épocas antiguas: sequías, erupciones volcánicas, epidemias, plagas, etc.
Allí se realizaban diversos ritos imploratorios para alcanzar el bien deseado, tras lo cual la imagen era devuelta a su santuario.
[1] Este primer traslado se realizó por temor a los franceses y a los ataques que habían realizado con anterioridad en las costas, posteriormente sería por motivos de rogativas.
[5] En las islas de Lanzarote y Fuerteventura esta tradición es prácticamente inexistente, pues las patronas de estas islas solo han visitado las capitales insulares en momentos muy puntuales sin que exista una tradición al respecto.
[9] En Fuerteventura, la imagen de la Virgen de la Peña sólo ha sido trasladada a la capital insular, Puerto del Rosario en otras tres ocasiones: 1954 (por la Santa Misión), 1961 (por una grave sequía recorrió toda la isla) y 1965 (también con motivo de la Cruzada del Rosario en Familia).