Tiene sólo una nave principal que termina en el presbiterio con tres capillas cuadrilongas.
Una profunda reforma tuvo lugar en el siglo XIX, ampliándose la ermita en 5 varas por la cabecera.
La ermita es relativamente pequeña, tiene capacidad para poco más de 40 personas.
Del entorno de la ermita fueron eliminadas las chabolas y casetas ilegales situadas junto al templo mariano.
Hoy en día, cada primer domingo de mes, fieles acuden a la ermita para asistir a una solemne misa en honor de la patrona gomera.