Cuevas del Campo

El olivo es el principal cultivo, siendo el lugar con mayor extensión en olivar de la comarca de Baza; a distancia le sigue el almendro, espárrago, los cereales, pistacho, alfalfa, forrajes y hortalizas.

El municipio apuesta fuertemente por el turismo rural, lo que se ve plasmado en distintas iniciativas, como deportes acuáticos en el embalse del Negratín, el baño en sus playas nudista y textil, así como senderismo dentro de un entorno natural semi-desértico y el alquiler de cuevas.

Los terrenos son áridos, salpicados por numerosas ramblas y abundantes pinares.

Se trata de un Bien de Interés Cultural en estudio, habiendo sido datado previamente en época almohade y posteriormente al siglo VI (Imperio Bizantino, Guerras Justinianas).

El asiento poblacional en esta zona durante el siglo XIX fue predominantemente en viviendas-cueva de uso estacional.

El pueblo nace como un lugar de labranza, en el que los agricultores construían cuevas como refugio provisional mientras recogían las cosechas.

De esta época hay hallazgos arqueológicos que ratifican los asentamientos, como urnas funerarias con su ajuar correspondiente, formado por vasos y copas carenadas, hachas de sílex, etc. Tenemos que dar un gran salto en la historia porque no disponemos ya de vestigios hasta la época romana.

En principio por zujareños, familias de agricultores, que para evitar los traslados permanentes para atender las labores de sus posesiones, en lo que hoy es el término municipal, excavaban cuevas en las lomas para su vivienda y aparejos del campo y del ganado.

Muchas de ellas son simples refugios donde pasar una noche, aprovechando para ello, la especial constitución orográfica del terreno donde hoy se asienta el núcleo principal urbano, constituido por una serie de lomas y valles, que facilitan la excavación de cuevas, en un terreno, no excesivamente duro y bastante impermeable.

Barrios como Cuartones, Decaradas y Omiso Bodega, son ejemplos claros de ello.

Comenzó a desecarse hace miles de años, al ser capturadas sus aguas por el río Guadalquivir y el Guadiana Menor en su punto más bajo, en el entorno del embalse del Negratín.

La denominación de esta zona como “altiplano” queda claramente justificada si consideramos que todos los municipios de la misma se encuentran situados a una altitud entre 700 y 1200 metros.

Orográficamente, el término municipal está constituido por una amplia meseta, que se extiende próxima a las faldas del sur de las sierras de Pozo Alcón y Cazorla, y que interrumpe o limita, la profunda depresión que origina el encajamiento del río Guadiana Menor y su afluente el río Guadalentín, cauces que sirven de límite del término municipal, con los de Zújar y Freila.

El suelo, en Cuevas del Campo, se caracteriza por la presencia de rocas sedimentarias, principalmente gravas, conglomerados y calizas, que dan lugar a paisajes semidesérticos.

El paisaje del llano o meseta, en la que se sitúan las buenas y ricas tierras del regadío, con gran predominio del olivar, en el paraje denominado “El Chaparral”, y una extensa vega, que se extiende en dirección norte, denominada “Cañada de los Aljibes”; contrasta, con los suelos pobres, de vegetación esteparia, alternando, con vertientes de margas y arcillas, profundamente abarrancadas, en un típico relieve de badlands o malas tierras, que terminan en la estrecha pero fértil vega del Valle del Guadiana Menor.

En este paraje el monte bajo está prácticamente consolidado y produce un aspecto paisajístico mucho más en consonancia con las zonas próximas del parque natural de la Sierra de Cazorla.

Consecuencia de esta continentalidad, hacen que la primavera y el otoño sean estaciones cortas e irregulares, con valores medios suaves.

Las oscilaciones térmicas diurnas, como una secuela más de la continentalidad, son también importantes.

Estas oscilaciones permiten en los estíos el fresco nocturno tras el bochorno de las horas de insolación intensa, pero también denuncian las inversiones térmicas, que en las noches invernales provocan fuertes heladas.

De menor importancia existen varias ramblas al sureste del término municipal, cuyo carácter es sólo temporal, como son: Doblas, Arúm, Cijira, etc.

El río Guadalentín, que discurre por el noreste, nace en la Sierra de Pozo Alcón (Jaén), y aunque tiene una cuenca relativamente pequeña (163 km²), sin embargo, goza de grandes aportaciones.

La gastronomía más típica está influenciados por la tradición morisca y castellana.

También son propios de esta zona algunos licores como el chimichurri, la mistela y otras bebidas como la cuerva.