La vegetación natural de estos sotos y ribera forma parte del ambiente atlántico y centroeuropeo, que está integrada por flora eurosiberiana, delatada por su carácter caducifolio, y que en lugares con clima típicamente mediterráneo, como la sierra de Baza, está condicionada a la presencia de agua abundante.
De modo que bosques de ribera mediterráneos, como estos, rodeados de una zona especialmente árida, en la que como hemos significado apenas se superan los 350 mm anuales, constituyen comunidades relicticas o residuales de aquellos bosques caducifolios postwümienses, inmersos en un paisaje xerofítico, de modo que constituyen formaciones vegetales intrazonales de singular valor ecológico, en la que destaca la presencia de sauces y otras especies de ribera como álamos blancos, el álamo temblón, con sus inconfundibles y características hojas rojas en otoño y especialmente álamos negros (Populus nigra), que alcanzan un gran tamaño y grosor en esta sierra.
La actual fauna de mamíferos, es la propia de los ecosistemas mediterráneos, estando catalogadas un total de 37 especies de mamíferos, de las que hay que resaltar el grupo de los quirópteros, ya que suponen un núcleo de alta diversidad que cuenta con 12 especies catalogadas en espacio natural protegido, en una lista que no está cerrada: Rhinolophus ferrumequinum, Rhinolophus hipposideros, Rhinolophus euryale, Myotis emarginata, Myotis nattereri, Myotis myotis, Pipistrellus pipistrellus, Pipistrellus pygmaeus, Hypsugo savii, Plecotus austriacus, Barbastella barbastellus y Miniopterus schreibersii.
Existen mamíferos de interés cinegético, tales como el conejo (Oryctolagus cuniculus), el ciervo (Cervus elaphus) y la liebre (Lepus granatensis).
Las aves es otro grupo que está también muy bien representado en la sierra, con más de 100 especies, distribuidas del siguiente modo: sedentarias (63), estivales (29), invernantes (8), de paso (4), y que conforman al catálogo de aves presentes en esta zona.