[1][2] Primero se traza un dibujo a pincel con una mezcla de materia grasa y óxido de manganeso, posteriormente en los espacios delimitados por ese trazo, se aplican los colores que producen la decoración final.
[3] El primer trazo a pincel evita que los colores aplicados en el segundo paso se mezclen.
[Nota 1] Previamente, la cuerda seca convivió con otras dos técnicas aplicadas a la cerámica no vidriada: el esgrafiado y el estampillado, que se generalizaron durante el periodo almohade.
Más tarde acabaría siendo sustituida en gran parte por técnica de cuenca o arista.
[10] El molde aseguraba la repetición fiel del motivo, por lo que se empleó con frecuencia para la realización de azulejos.