[6] Con respecto a Mantinea, también tenía un régimen democrático y por ello, ya antes de la propuesta ateniense, se había aliado con Argos.
Según Tucídides, el motivo era que a los corintios les bastaba la alianza defensiva firmada y no deseaba colaborar en proyectos ofensivos.
Tampoco se permitiría que ningún ejército hostil atravesara su territorio o el de sus aliados, a no ser por acuerdo conjunto.
En los juegos olímpicos de 420 a. C. los eleos impidieron a los lacedemonios participar, tanto en los sacrificios como en las competiciones, alegando que no habían satisfecho una multa que se les había impuesto por el envío de hoplitas a Lépreo.
Ante el temor a que esto desencadenada un ataque sobre el santuario, eleos, argivos, mantineos y atenienses enviaron fuerzas para proteger el recinto, pero pese a la tensión existente finalmente no se produjo ningún ataque por parte de los espartanos.
Esta última organizó una expedición al año siguiente, donde participaron aliados suyos de otras zonas del Peloponeso, Corinto y Beocia, para defender a su aliada, y no solo eso, sino además invadir Argos.
[20] Inicialmente Élide y Mantinea acudieron en socorro de Argos,[21] pero en ese momento no se llegó a un enfrentamiento masivo ya que se pactó una tregua con Esparta de cuatro meses.
[23] Surgieron a continuación disensiones por la elección del siguiente lugar que atacarían y los eleos se retiraron debido a que no se aceptó su propuesta de dirigirse contra Lépreo.
[25] En la batalla que se desencadenó después en la llanura de Mantinea los lacedemonios derrotaron a argivos, mantineos y atenienses, en la que, según Tucídides, fue «la más grande de las batallas griegas tras mucho tiempo».