Este proyecto comporta varios puntos : El mando de la operación marítima es confiado a Demóstenes, mientras que Hipócrates dirige la fase terrestre.
Esto hace, cercano el invierno, el convoy pone rumbo a Sifas pero, por un incomprensible error de fechas, se presenta delante de la plaza con antelación, no habiendo Hipócrates alcanzado aún Delio.
Enterado de que las tropas atenienses se preparan a volver al Ática.
Habiendo convencido a los otros beotarcas, Pagondas pone inmediatamente en marcha el ejército hasta una posición cerca de las tropas atenienses que alcanza por la tarde y lo despliega en línea de combate, ocultadas estas por una colina.
Esta fuerza no podrá ser utilizada, pues los tebanos sitúan en las proximidades del santuario tropas que la bloquean en el fuerte.
El día siguiente de la batalla, habiendo encontrado refugio las tropas atenienses en Delio u Oropos embarcan y vuelven por mar al Ática, dejando una guardia en estos puestos.
Se envía un heraldo a los atenienses para resolver la cuestión de sus muertos: han violado el santuario, lugar sagrado, fortificándolo y utilizando su agua reservada a las abluciones rituales para un uso corriente, por lo tanto, deben dejar los lugares.
Los atenienses arguyen que: La respuesta beocia está en la misma línea de juegos dialécticos y las negociaciones quedan sin resultado.
Poco después, Demóstenes intenta un desembarco en Sición pero es rechazado y perseguido por mar donde sufre algunas pérdidas.