Existen muchos testimonios contradictorios, y los hechos reales son todavía objeto de debate entre los historiadores.
El niño recibe una segunda visita de Jesucristo, que ahora le encomienda liderar él mismo una cruzada hecha por niños hacia Jerusalén, que caerá en manos cristianas por la pureza y bondad de sus almas.
Dos mercaderes les ofrecen siete barcos para cruzar el mar hasta Tierra Santa.
Los otros cinco llegan a Alejandría, en Egipto, donde los 2000 niños son vendidos como esclavos por los dos mercaderes que les habían prestado los barcos.
Algunos emprendieron el camino de vuelta a casa, otros fueron a Roma y los restantes pudieron haber seguido el curso del Ródano hasta Marsella, donde fueron probablemente vendidos como esclavos.
Estos grupos eran denominados pueri (del latín, ‘chicos’, ‘niños’) de forma condescendiente.
Los pueri marcharon, siguiendo a la Cruz Cristiana y asociándose con el viaje bíblico de Jesús.
Años más tarde, los cronistas leyeron los testimonios de estas procesiones y tradujeron el término pueri como «niños» sin entender su significado original.
Anteriormente a Raedts sólo unas pocas publicaciones científicas investigaron la Cruzada Infantil.
[8] El análisis de Peter Raedts (1977) está considerada la mejor fuente hasta la fecha sobre los muchos factores que envuelven la Cruzada Infantil.
[2] Además de los estudios científicos hay muchas versiones y teorías populares sobre la Cruzada Infantil.
Steven Runciman da un testimonio de la Cruzada Infantil en A History of the Crusades.
[9] Donald Spoto, en un libro sobre San Francisco de Asís, dijo que los monjes les llamaron niños y no vagabundos pobres porque la pobreza estaba considerada pía y la Iglesia estaba avergonzada de su riqueza en contraste con la pobreza.