Crioprecipitado

El crioprecipitado, también llamado crio, es un hemoderivado elaborado a partir del plasma sanguíneo.

[1]​ Se elabora descongelando plasma fresco congelado a 4 °C centrifugándolo y recogiendo el precipitado.

[1]​ [4]​ A continuación se resuspende en una pequeña cantidad de plasma residual (generalmente entre 15 y 30 ml) y se vuelve a congelar para su almacenamiento.

[3]​ El crioprecipitado fue desarrollado en 1964 por Judith Pool [6]​ [7]​ y fue el primer tratamiento para la hemofilia A.

[3]​ Una vez descongelado y a temperatura ambiente, debe utilizarse en un plazo 4 horas.