El geólogo Daniel Barringer fue el primero en sugerir, en el año 1903, que el cráter era producto del impacto de un meteoroide.
Está rodeado por un borde que se eleva 45 m sobre el nivel de las planicies vecinas.
En el centro del cráter se acumulan entre 210 y 240 m de materiales depositados sobre el fondo sólido.
El cráter, conocido anteriormente como Coon Mountain, ya había sido estudiado en 1891 por el geólogo Grove Karl Gilbert, quien descartó erróneamente la hipótesis del impacto meteorítico basándose en sus propios ensayos, formulando la teoría de que el cráter tenía que haberse formado debido a una explosión de gas subterránea.
[15] Se estima que el impacto que creó el cráter ocurrió cerca de 50 000 años atrás, durante el período Pleistoceno, cuando el clima de la meseta del Colorado era mucho más frío y húmedo.
Mediante modelación se estimó que el meteorito debería haber impactado a una velocidad de 20 km/s, pero estudios más recientes calculan que el impacto ocurrió a una velocidad menor, de 12,8 kilómetros por segundo.
[16] El impacto causó una explosión equivalente a por lo menos 2,5 megatones, unas 150 veces la potencia de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima[17] durante la Segunda Guerra Mundial.
Para un meteorito del tamaño estimado, el impacto fundió poca roca, aunque dio lugar a temperaturas y presiones suficientemente altas para transformar carbono en coesita, diamantes y lonsdaleíta, una forma de diamante encontrada en fragmentos cerca de este cráter.