Al igual que ocurre en la teoría generalmente aceptada para el bólido de Tunguska o lo sucedido en Cheliábinsk, el bólido —de unos 10 metros de diámetro— detonó en el aire debido a los poderosos desequilibrios térmicos producidos por la entrada en la atmósfera terrestre.
Si hubiese explotado sobre zona habitada, las consecuencias habrían sido catastróficas.
Adicionalmente, en esos momentos India y Pakistán —dos naciones con armas nucleares— estaban en un elevado estado de alerta.
Por tanto, el general estadounidense Simon Worden opinó que si el impacto hubiera sucedido en esa región o en sus proximidades, probablemente se habría confundido con un ataque, lo que hubiera iniciado una guerra nuclear entre ambos países.
Puesto que el punto del impacto y la región en disputa de Cachemira se hallan a la misma latitud, este hecho no sucedió por escasas 3 horas dada la rotación terrestre.