El edificio del monasterio fue vendido al sacerdote de Almonte.
[3] Esta hermandad desapareció en la ocupación francesa de la ciudad, a comienzos del siglo XIX.
[3] En 1611 se instaló en este convento la Hermandad de Cristo Atado a la Columna.
[5] En 1587 se había instalado en la Iglesia de San Cosme y San Damián la Hermandad de la Entrada en Jerusalén, el Cristo del Amor y Nuestra Señora del Socorro.
En 1810, por la ocupación francesa, debió trasladarse a la iglesia de San Miguel.
Las galerías se cubren con bóvedas de arista apoyadas en los muros sobre ménsulas y, hacia el espacio abierto interior, los arcos se decoran con molduras y claves resaltadas en color almagra, pilastras e incisiones horizontales en las enjutas.
En la planta superior, por cada arco de la inferior, hay un balcón adintelado enmarcado y separado del siguiente por pilastras.
[7] El otro claustro es de planta cuadrada con galerías abiertas por arcos de medio punto sostenidos por pilares a los que se adosan pilastras y dos plantas con balcones adintelados.
[7] La escalera principal, construida entre 1690 y 1697 por el fraile Manuel Ramos, alabada por la crítica como magnífico ejemplar del barroco andaluz, se eleva en las tres plantas del edificio partiendo de dos tramos de arranque independientes desde uno y otro claustro.
[7] Al exterior se ofrece una sobria fachada que se adapta al perfil ligeramente curvo de la calle, con tres alturas delimitadas por cornisas y vanos adintelados recercados entre pilastras.
Presenta solo dos puertas que no destacan apenas en el conjunto por la ausencia de elementos decorativos.
A los pies un amplio coro alto que abarca dos tramos de nave.
El rasgo más interesante del sotocoro está en sus yeserías de trazos muy claros y motivos voluminosos (vegetales, ángeles portadores de guirnaldas, frutos, etc.) en torno a un anagrama mariano.