Convento de Santa Cruz de Santander
El convento fue habitado desde sus inicios por monjas clarisas coletinas, hasta que a mediados del siglo XIX fue transformado en fábrica de tabaco.La iglesia consta de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, y un ábside poligonal.La cúpula es de media esfera sobre pechinas.De las dos puertas del convento, la principal es la que se sitúa en la calle Alta, y que hoy en día está tapiada por un muro; dicha puerta está rematada con un frontón semicircular partido.[3] En 1838 el edificio se convierte en factoría (Tabacalera, Altadis e Imperial Tobacco) hasta el año 2002, en que la producción pasa a la nueva fábrica de Entrambasaguas.